La Estación de Nieblas

Reseña: Alien Linajes

El primer volumen de Alien Linajes nos llega por fin de la mano de Panini Comics. Lo hace en un tomo que recopila el primer arco de esta serie (números 1 a 6 USA) y con unas altas expectativas por nuestra parte.

Phillip Kennedy Johnson a los guiones y Salvador Larroca, son los encargados de inaugurar esta serie regular publicada originalmente por Marvel tras la adquisición de los derechos de los xenomorfos por parte de la todopoderosa y acaparadora Disney.

Este es por tanto el comienzo de lo que se anunció como la expansión de todo el lore de este universo, tomando como base las historias vistas en el cine y dejando de lado los cómics que habíamos venido leyendo hasta la fecha. Nada nuevo, ya que algo muy similar ya se hizo con Star Wars.

La promesa que hicieron a todos los seguidores de Alien fue: Respetar el trasfondo, personajes y acontecimientos que ya conocíamos por las películas. Y presentar nuevas ideas y conceptos que revitalizasen las historias que iríamos viendo en esta serie.

El primer punto, por supuesto, es digno de aplauso, y todos aquellos que crecimos disfrutando de estas películas nos alegramos enormemente al conocerlo.

En sus páginas nos reencontraremos con el androide Bishop

El segundo punto por su parte daba algo más de miedo. Todos sabemos que la propuesta de Alien lleva muchos años algo oxidada. Particularmente en los cómics contamos con un puñado de buenas historias (la mayoría de ellas, aún así, poco innovadoras) y una cantidad ingente de relatos repetitivos que no hacen más que copiar y estirar las propuestas que funcionaron en el celuloide. Aún así, los true believers seguíamos al pie del cañón disfrutando de esos cómics en la medida de lo posible.

La llegada de este volumen al mercado español hace que esas dudas que teníamos se hayan despejado en su mayor parte, y por fin podemos comprobar de primera mano si se han cumplido las promesas hechas.

La historia de Alien Linajes da inicio en el año 2200, 78 años después de los acontecimientos de la primera película y cronológicamente situado entre la tercera y la cuarta cinta.
El protagonista de este primer arco es Gabriel Cruz, un héroe de guerra recién jubilado que ha estado toda la vida trabajando para la corporación Weyland Yutani. Tras muchos años viviendo en una estación espacial, regresa a la tierra con la intención de volver a tener una vida normal y de retomar el contacto con su hijo. Desgraciadamente para él, este último punto no será tan sencillo, ya que el chico pertenece a un grupo revolucionario armado que se opone a las ideas de Weyland.

Este grupo decide que su nuevo ataque vaya dirigido a la estación espacial donde, hasta no hace mucho, residía Gabriel Cruz y donde además, están realizando una serie de experimentos con xenomorfos. El resultado del ataque es el que todos esperamos: Aliens liberados de sus celdas y sembrando el terror entre los habitantes de la estación.

Cómo última esperanza para recuperar un embrión vivo de esta preciada especie alienígena, la corporación Weyland Yutani envía a Gabriel de vuelta a la estación que tan bien conoce, dándole la opción de rescatar a su hijo del caos desatado y traerlo de regreso a la Tierra.

Marvel cumple aquí con esa promesa de mantenerse fieles a las películas en lo que a trasfondo se refiere. Mantienen el origen de los xenomofos visto en el cine, respetando lo acontecido tanto en la saga Alien, como en Prometheus. Y además nos reencontramos con un personaje clave del celuloide: el androide Bishop, interpretado por Lance Henriksen y aquí dibujado con sus mismos rasgos para regocijo de todos. Este personaje tiene un peso grande en la trama de Alien Linajes, y cuenta además con una evolución bastante interesante con respecto a la última vez que lo vimos en movimiento.

Desafortunadamente, la segunda promesa de Marvel, la de traernos ideas renovadoras y frescas en esta nueva generación de cómics, no termina de cumplirse en este primer arco. Por mucho que al principio del relato se den ciertas pinceladas interesantes, la historia acaba derivando rápidamente en el clásico slasher xenomórfico con un grupo de humanos convertido en carnaza dentro de un espacio cerrado a cal y canto.

Lo que cuenta, lo cuenta bien. Y por tanto a los fans de Aliens de toda la vida saldrán satisfechos. Pero quizá era de esperar algún movimiento más estimulante en esta primera lectura, algo que marcase más la diferencia y que incitase a seguir leyendo.

Aún así, no todo es un refrito de lo ya visto. Se presentan algunos nuevos conceptos. Pequeñas ideas a las que todavía les queda mucho por madurar, pero que apuntan buenas maneras.
Es el caso de los androides, que reciben una capa extra de complejidad gracias a nuevas directrices dentro de su programación que desconocíamos hasta ahora, y que pueden dar bastante juego en el futuro.

Algo parecido sucede con la nueva figura del panteón Alien que se nos muestra: un ser que combina el aspecto de una mujer humana con el del clásico xenomorfo en un diseño muy al estilo Species o Kerrigan de la saga Starcraft.
Sin duda este es la mayor sorpresa y el más brusco giro de timón dentro del lore Alien. Un personaje en el que aquí apenas se profundiza, ya que es tratado como una sombra amenazante en la distancia, pero que, de nuevo, nos hace imaginar un futuro interesante para la colección que nos ocupa.

Y es que este concepto de continuidad en la colección es sin duda uno de los grandes puntos fuertes de la serie. Parece que dejamos atrás los relatos breves y tomos únicos, tan habituales en Alien, y nos embarcamos en una aventura a largo plazo, con una trama que irá evolucionado, preguntas que se quedarán en el aire hasta la llegada de nuevos números, y misterios que tardarán en resolverse. En mi caso, sin duda, esto es lo que más me ha motivado a seguir con la lectura.

En lo que respecta al dibujo, Salvador Larroca nos presenta un trabajo bastante notable, algo alejado del realismo extremo en el diseño de personajes que pudimos ver en Star Wars, pero en general muy bien ejecutado. Destaca sobre todo su representación de los xenomorfos, en los que no ha escatimado en detalles, pudiendo disfrutar de toda su compleja morfología llena de estrías, hendiduras y, por supuesto, secreciones.

Como punto flojo dentro del apartado artístico debo comentar el coloreado. Cuenta con una elección de tonos que no me ha convencido por lo artificial que resulta. Todo luce limpio, brillante y demasiado digital, algo que no encaja con la historia que se cuenta.

Echo de menos aquí una mayor suciedad o algún tipo de textura que acompañase al dibujo para que la ambientación fuese redonda.

Cerramos esta reseña de Alien Linajes recomendándolo para los fans de la saga. Es un buen primer tomo que sólo defraudará a aquellos que busquen encontrar aquí nuevas rutas por explorar. Es cierto que se dejan miguitas de pan que, en el futuro, pueden abrir nuevos caminos, pero por el momento nos mantenemos fieles al estilo clásico ya visto en los comics de Dark Horse. Y esto, al menos por ahora, a mí me hace feliz.

ESTA RESEÑAS PODÉIS ESCUCHARLA TAMBIÉN EN NUESTRO PODCAST 2×15:

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