La Estación de Nieblas

Americano

Reseña: The nice house on the lake

En esta reseña vamos a hablaros de The Nice House on the Lake, de James Tynion IV y Álvaro Martínez, centrándola más concretamente en la edición en tapa dura de ECC, donde se recopilan los 6 primeros números de esta serie regular ganadora, entre otros, del premio Eisner 2022 a mejor serie limitada.

Portada del primero tomo de ECC

Hablamos por tanto, de una novedad relativa, ya que la serie viene publicándose ya desde 2021, y aquí en España la podemos seguir también en una edición en grapa a 2,95€.

En cuanto a sus autores, tenemos por un lado al guionista James Tinion IV, al que mencionamos habitualmente en nuestro podcast gracias a su gran Hay Algo Matando Niños pero del que también hemos podido disfrutar en Detective Comics o la Liga de la Justicia Oscura.

De los lápices se encarga el cántabro Álvaro Martínez Bueno, que trabajó durante mucho tiempo como dibujante de storyboards (en su curriculum encontramos películas como Lo Imposible o Zipi y Zape, el club de la canica), para luego sumergirse de lleno en el mundo de los comics; primero trabajando para Marvel y posteriormente con DC en series como Batman Eternal.

Si hay algo que parecía acompañar en buena parte de su carrera a estos dos autores, era su amor por la oscuridad y las series de ambientes nocturnos, razón por la que no nos sorprende verlos coincidir en esta The Nice House on the Lake, una obra que podríamos definir como un Lost con una ambientación más terrorifica.

A nivel argumental, la obra nos cuenta como un grupo de personas son citadas para pasar unos días en una espectacular casa de campo junto a un lago. El anfitrión es Walter, amigo de todos ellos quien tuvo un papel importante en la vida de cada uno de los invitados en algún momento de sus vidas.

Muchos de los asistentes a la casa son conocidos entre sí o incluso han tenido algún tipo de relación, ya sea amistosa o como pareja, razón por la que nada más llegar a la casa, rápidamente comienzan a ponerse al día y a charlar entre ellos sobre el pasado.

Durante la primera noche, mientras todos disfrutan de una fiesta en la piscina, algunos empiezan a leer en sus móviles acerca de un cataclismo a nivel mundial que está acabando con cualquier resquicio de vida en el planeta. En las fotografías que ven por Twitter, el cielo parece estar en llamas y la gente muere abrasada por todos los rincones. Pero allí, en la casa de lago, la noche se mantiene plácida y estrellada.

Es entonces cuando Walter les revela la razón real por la que están allí, y literalmente les dice: “Quería salvaros de lo que mi gente va a hacerle al planeta”.

A partir de aquí se nos presenta una historia que se mueve entre el misterio y el terror, pero en la que el peso de la narración lo llevan siempre al 100% los 11 protagonistas, sus relaciones y sus acciones durante los días que van pasando enclaustrados en la casa.

Las sensaciones son parecidas a las de ver un Gran Hermano, pero con un trasfondo bastante más oscuro y cataclísmico. El grupo podrá vivir a cuerpo de rey en la casa, sin preocuparse de nada de lo que suceda en el exterior y recibiendo todo aquello que soliciten. A cambio no podrán abandonar un perímetro delimitado y, por supuesto, no tendrán forma de contactar de ninguna forma con sus seres queridos.

Debo decir que el día a día de los personajes, basado principalmente en conversaciones, está muy bien llevado. Te atrapa y despierta el interés el ir descubriendo una maraña de misterios que va desenredándose lentamente, aunque eso si, recurre bastante al decompresive storytelling, es decir, a un avance lento de la trama centrado en ocasiones en acontecimientos que, al menos en apariencia, no tienen demasiada relevancia.

Con todo, los verdaderos picos de interés en The Nice House on the Lake vienen con los descubrimientos, en ocasiones realmente locos, que van haciendo los protagonistas. Y de nuevo aquí recurro al paralelismo con Lost y aquellos momentazos al localizar una misteriosa trampilla en mitad de la isla o al darse de frente con una especie de humo asesino que les hostiga.
Aquí igualmente tendremos varias revelaciones sorprendentes que siempre le darán un buen empujón al ritmo de la historia y renovarán el interés del lector.

La estructura de cada capítulo (o cada grapa) es siempre similar. Comenzará con una página donde uno de los protagonistas charlará sobre algún tema de su pasado mirando directamente al lector (algo muy parecido al clásico confesionario de Gran Hermano, de nuevo) y siempre envuelto en un ambiente bastante apocalíptico (lo que da a entender que es el futuro), y a continuación viajaremos al pasado durante 3 páginas para conocer algo de la vida de este mismo personaje previa a la casa. Finalmente, la acción pasará al presente, y nos sumergiremos de lleno en el relato dentro de la casa del lago.

A pesar de los esfuerzos por darnos a conocer a cada de uno de los personajes de este cómic, es aquí donde yo he localizado el principal escollo de The Nice House on the Lake; y es que me cuesta enormemente diferenciar a unos personajes de otros.

Desde el comienzo contamos con un elenco bastante amplio de invitados que rápidamente irán hablando de sus historias y además, viajaremos al pasado para conocer su relación con Walter y otros personajes. La información sobre ellos no deja de fluir y lo cierto es que cuesta ir archivando cada dato sobre unos y otros.

Mientras leía este cómic, me venían a la cabeza otras obras, especialmente The Walking Dead u Outcast, de Kirkman, donde también se nos cuentan historias oscuras en las que el peso de la narrativa recae sobre un buen elenco de personajes, pero donde la buena presentación de los mismos permitía no sólo identificarlos perfectamente, si no también conocer al dedillo sus motivaciones y personalidades sin que nos volviésemos locos.
Siendo sincero, al final de este tomo apenas podía reconocer a 2 o 3 personajes con claridad. Esta lluvia de información es algo que viene dado, por supuesto, por el propio concepto de la historia, ya que su pilar básico es ver a todas estas personas interactuando entre si desde el minuto uno, por lo que no podían ir revelándolas una a una de forma gradual.
Aunque, eso sí, el dibujo y diseño de personajes podrían haber facilitado la labor de diferenciar mejor a unos y otros, como comentaremos un poco más abajo.

Pero antes quiero cerrar esta parte de la reseña, mencionando los curiosos elementos narrativos que se emplean en la historia para hacerla más fresca y dinámica. Veremos cómo en cada capítulo se nos muestran documentos a página completa con conversaciones de los personajes mecanografiadas, aplicaciones de chats o incluso reproducciones del timeline de Twitter que nos pondrán al día sobre acontecimientos del exterior. Obviamente no es una idea completamente original, pero sí que aporta variedad a la lectura y ofrece un enfoque distinto acerca de lo que sucede en la casa o en el exterior.

Pasando ya al dibujo, tenemos que hablar de Álvaro Martínez Bueno y el sorprendente aspecto que ha dotado a este cómic, desligándose bastante de su estilo más habitual y recurriendo a uno más realista y de trazo más sucio e irregular. De nuevo, al ver su estilo, me venía a la cabeza Outcast de forma inevitable, y es que aquí Martínez parece seguir bastante el camino marcado por Azaceta en aquella joyita de terror. Funcionando maravillosamente a la hora de crear todo tipo de atmósferas, y dotando de muchos matices a los personajes en todos y cada uno de sus gestos.

Decir, que al éxito de este apartado ayuda también mucho el magnífico coloreado de Jordie Bellaire, que sabe siempre encontrar el tono adecuado para cada situación.

Ahora bien ¿Cuál es el problema de toda esta apuesta por el realismo? Lo comentado anteriormente: los personajes son tan contenidos a nivel de diseño y el trazo a veces juega tanto con lo irregular, que no he logrado retener a la mayor parte de ellos. La mayoría no contaba con un aspecto visual lo suficientemente contundente como para que mi memoria los retuviese, y de poco ayudaba los cambios en la tonalidad de la piel o el pelo.

Y realmente esta es la única pega reseñable que puedo ponerle al arte de Álvaro Martínez, un problema que quizá sea más un tema personal por la baja capacidad retentiva de quien os hace esta reseña, que por el buen hacer de Álvaro.

Añadir que las portadas originales son todas espectaculares y perturbadoras, y que aparecen recopiladas en esta edición en tapa dura junto a un buen montón de bocetos y dibujos extras donde vemos, por ejemplo, el enorme cuidado que se puso en el diseño de cada habitación de la casa del lago, en los que colaboró un arquitecto para darle a todo una sensación más realista.

También incluye una entrevista con el propio Álvaro Martínez donde nos menciona lo que ya comenté al inicio: que esta “primera temporada” de The Nice House on the Lake contará con 12 grapas (es decir, quedará recogida en 2 tomos recopilatorios como el que nos ocupa) y que dado el gran éxito que está teniendo, ya podemos esperar una segunda temporada.

Cierro este texto recomendando la obra a quienes disfruten con historias oscuras basadas más en la tensión y en los personajes que en persecuciones, gore o giros continuos, volviendo a poner como ejemplo los cómics de Kirkman.
Si queréis gozar de un relato en ese mismo tono, y de una extensión aparentemente controlada (veremos a ver si esa segunda temporada mantiene a los mismos personajes y continúa a esta primera, o nos lleva a otro lugar con un nuevo casting, funcionando más bien como un reinicio), entonces id a por The Nice House on The Lake.

ESTA RESEÑA PODÉIS ESCUCHARLA TAMBIÉN EN NUESTRO PODCAST 2×20:

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