La Estación de Nieblas

Europeo

Reseña: Un oso en Marruecos

Después de estas tres semanas de festivales que hemos tenido en Málaga con el Canela Party, el Festival Cala de Mijas y el Andalucía Big Festival creo que era un buen momento para aprovechar esta resaca festivalera y reseñar un cómic sobre un festival de música. Que, además, está ambientado en un país árabe, y es vox populi mi pasión por las historietas ambientadas en el mundo musulmán como Persépolis, Habibi o Djinn. Mezclando estas dos temáticas que me apasionan me sumergí en la lectura de este cómic que de entrada su premisa me pareció graciosa y

metí una muda limpia en la mochila y quise acompañar al protagonista por las páginas de esta historia hasta su destino final en Marruecos, buscando quizás un relato de crecimiento personal, quizás algo introspectivo o quizás un road trip caótico que se va de madre…

Un oso en Marruecos guionizado por Lluc Silvestre y con el historietista argentino Mr. Ed (pseudónimo de Edgardo Carosia) a los lápices. Este cómic, que se alzó con el Premi València de Novel·la Gràfica, nos narra las peripecias que el propio Lluc vivió en primera persona cuando, tras un viaje a Beirut y pedir una excedencia de su puesto como funcionario, se fue para trabajar como voluntario al Visa for Music un festival que se celebra en Rabat y que congrega anualmente a músicos del Magreb, del África Subsahariana y de Oriente Medio. La historia comienza explicando por qué Lluc quiere colaborar con la organización de este festival, nos explica que aprendió árabe para prepararse para este viaje y luego más tarde nos cuenta los distintos avatares de su estancia en Marruecos. Un cómic que pretende, a base de revelar choques interculturales, mostrar lo que nos une como pueblos mediterráneos es más que lo nos separa.

Tengo emociones encontradas con esta historieta. Por un lado creo que peca de ser demasiado pedagógica, hasta el punto que a veces creo que he sentido que el autor del guion trata de tonto al lector, cosa que además creo que lastra demasiado el desarrollo de la primera parte de la trama que se nutre de tópicos manidos, cuando no de exageraciones, sobre el multiculturalismo y su impacto en la sociedad española. Por otro lado, el protagonista, en el cómic, adolece de ser un personaje plano (pues no hay un desarrollo ni una evolución interna) y de un cosmopolitismo de cartón piedra y está un poco pagado de sí mismo, con una autopercepción de superioridad moral (tras flagelarse con algunos choques culturales bastante inocentes y nimios) sobre el resto de europeos, mientras ve en los autóctonos marroquíes un virtuosismo (que no niego que tengan) que raya el mito del buen salvaje que paradójicamente explica más adelante. Lo interesante del cómic empieza en la segunda parte y desenlace del mismo, cuando nos relata lo que hay detrás de la organización de un festival de música y su infraestructura, las tensiones, los imprevistos, etc. Ahí es cuando el relato empieza a tener algo de sentido y razón de ser, y pena que dure tan poco esa parte.

El dibujo de Mr. Ed, por el contrario, me parece que tiene el tratamiento que demanda la historia, sencillo y eficaz, con un Lluc que me recordaba a Brutus de Popeye, y sin representar a los magrebíes a base de estereotipos, sin abusar del exotismo ni el orientalismo logra situar al lector en Marruecos de una forma sutil con su trazo fino, con una paleta de colores también muy simple y un uso bastante interesante del alifato, sobre todo al inicio de la historieta. Con un dibujo dibujo en apariencia muy sencillo Mr. Ed con poco, sin apenas detalle, expresa mucho. Sin duda lo mejor del cómic con diferencia, por lo que será interesante tener un ojo puesto en futuras obras dibujadas por este muy interesante historietista argentino afincado en España.

En conclusión es una historia que prometía más de lo que da, con un protagonista/narrador que ni me cayó en gracia ni logra cogerte de la mano para que le acompañes en un viaje que prometía ser iniciático y arrojar luz sobre la cara b que no vemos en los festivales de música y que, a través un guion bastante flojo sobre todo en su planteamiento y mudo y un nulo sentido del gag, intenta tocar más palos que lo que su talento le permite. Por desgracia deja poco margen para la sorpresa y casi que el lector sabe de antemano cómo se van a suceder las anécdotas que se van sucediendo. Una lástima porque por la premisa desde la que partía y el magnífico dibujo de Mr. Ed me parecía que estábamos ante lo que podría ser un cómic de culto, pero por desgracia se quedó sin gasolina casi antes de empezar, por lo que pare resarcirme me tumbé en el sofá para disfrutar de Transes (Ahmed El Maanouni, 1981), un documental sobre el grupo marroquí Nass Gwane , y disfruté de la música.

ESTA RESEÑA PODÉIS ESCUCHARLA TAMBIÉN EN NUESTRO PODCAST 2×17:

About Adri

Adri

Estacionero amante de géneros como el western, las historias orientales, el noir y la escuela Bruguera. Últimamente enamorado del tándem Brubaker-Philips y la poesía gráfica de Laura Pérez Vernetti pero también de cómics transgresores como "Megg, Mogg & Búho" y "13 rúe del percebe". Único baluarte del cómic apaisado en este podcast. También tengo una libreta donde apunto términos manga para enterarme de lo que hablan mis compañeros.
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