La Estación de Nieblas

Reseña: El Rey Mono

El Rey Mono es un cómic editado originalmente en Francia en 4 álbumes, que nos ha llegado a España en 2 tomos recopilatorios de la mano de Yermo Ediciones.

Aunque podemos decir que es un cómic europeo, lo cierto es que aquí todo cuenta con un aire muy oriental. Para empezar por su autor: Chaiko, seudónimo de Cai Feng, un artista de Shangai al que ya hemos visto en España en cómics como La crónica de los Inmortales (publicado aquí por Ponent Mon) o en Hercules Poirot – El crimen del Orient Express, una obra que desafortunadamente todavía no tenemos en nuestro país.

Pero siguiendo con esos aires orientales, no podemos pasar por alto qye el texto que se adapta en este cómic no es otro que el clásico de la cultura china Viaje al Oeste, escrito originalmente en el siglo XVI durante la dinastía Ming.

Para el que no conozca esta historia, decir que es un peso pesado de la literatura universal, considerada por muchos como la obra literaria más importante de Asia Oriental y que cuenta con más de 2000 páginas, en las que se nos narra el viaje de un monje budista hacia la India con el objetivo de conseguir ciertos sutras.

La influencia de esta historia tiene tanto alcance en Asia que hemos podido ver referencias a ella docenas de veces, tanto en el cine como en el cómic o la televisión. Sin ir más lejos, la propia Dragon Ball parte de muchos personajes y conceptos basados en este relato. El mismísimo Goku no es otro que una versión del rey Mono.
Pero no es la única, ya que Tezuka también se basó en ella para Goku no Daiboken, y hemos visto referencias en otros mangas como Naruto, Inu Yasha o Urusei Yatsura. Por no hablar de películas como Journey to the west the Stephen Chow, series de televisión como Saiyuki, videojuegos como Yuyuki de Nintendo o China Gate, y muchísimos otros.

Y ahora que estamos un poco más situados, podemos hablar ya del cómic que nos ocupa. Un cómic que, en esta ocasión, no busca realizar una versión alternativa o basarse de refilón en los textos originales, como si hacían algunas de las adaptaciones que he mencionado anteriormente. El Rey Mono intenta ser lo más fiel posible al material del que bebe, a pesar de que se vea obligada a comprimir mucho la historia para que esta entre en las poco más de 300 páginas de la serie.

Para empezar, el primer álbum francés de El Rey Mono, no se mete de lleno a contarnos ese Viaje al Oeste, Si no que el autor decide hablarnos del origen de nuestro protagonista: Sun Wukong, desde su nacimiento en el monte de las flores y las frutas junto a otros monos, hasta convertirse en el Gran Santo más grande que el cielo y, literalmente, amargar la existencia de todo el panteón de dioses chinos en el Palacio Celeste, que harán lo posible por expulsarlo de allí.

Para que lo entendáis fácilmente, Sun Wukong tiene el comportamiento de un adolescente inmaduro y antojadizo, es incapaz de respetar a nadie y a nada, y además cuenta con unas aspiraciones infinitas. De hecho su gran sueño es ser inmortal, lo que le lleva a retar al mismísimo Buda y a sufrir por ello la condena de permanecer 500 años atrapado bajo una montaña.

En ese punto justamente comenzará la historia del Viaje al Oeste, ya en el segundo álbum francés (que equivale a la mitad del tomo 1 español), y que será además cuando se nos presente al monje protagonista de la historia original. Sun Wukong se unirá a su peregrinación a modo de guardaespaldas y será el encargado de enfrentarse a todos los peligros que vayan encontrando. Por el camino, otros personajes se irán uniendo al equipo, conformando el popular grupo protagonista de los textos originales.

A nivel argumental, decir que el cómic inicia de forma bastante frenética con el origen del rey mono, ese primer álbum es quizá mi parte favorita de la serie por su intensidad y el buen ritmo con el que se va desarrollando la narración. Durante esas primeras páginas veremos pasar una gran variedad de personajes y veremos como Sun Wukong les va amargando la existencia a uno tras otro a base de pasarse por el forro cualquier norma existente.

La estructura es bastante simplona: el mono desea algo, así que lo coge y luego tiene que enfrentarse a las consecuencias. Así una y otra vez. Digamos que esta primera historia introductoria es la que más se parece a un cómic juvenil de estilo clásico, con bastante acción, muchas aventuras y cambios constantes en los escenarios que vemos, mientras que posteriormente, cuando ya entramos en el viaje al oeste, la historia baja un poco el ritmo.

Durante esta parte, que abarca tomo y medio de Yermo, el cómic reúne distintas aventuras y encuentros a lo largo de la peregrinación de los protagonistas, algunos más extensos que otros, que sirven de base para ofrecer enseñanzas clásicas budistas encaminadas a la iluminación de aquellos que las sigan. Obviamente, por la extensión y el mismo concepto de este cómic, no se profundiza apenas en este apartado didáctico o moral, y se da más importancia al concepto de aventura y entretenimiento. Aun así, algo de esas enseñanzas si que se mantienen de fondo, y de hecho se agradece que así sea ya que a fin de cuentas era una parte esencial de la historia original.

Estos miniarcos, por llamarlos de alguna forma, son sencillos y no especialmente reseñables, de hecho muchos están basados en cuentos populares recopilados por el autor original, y a mi personalmente no me engancharon en exceso, aunque si consiguen mantener el interés.
En este tramo es donde vemos como Sun Wukong evoluciona poco a poco, dejando un poco de lado esa actitud adolescente que os comentaba antes.

Eso si, para el mi el punto fuerte de El Rey Mono no es otro que el dibujo de Chaiko. Este autor cuenta con un trazo sencillo y ágil, que se adapta perfectamente al carácter del propio Sun Wukong. Funciona de maravilla cuando quiere hacer que nos asombremos con los espectaculares paisajes, llenos de detalles y color, pero también cuando se dedica a narrarnos una escena de acción frenética. A estas últimas páginas solo les pongo como pega que suelen ir acompañadas de bastante diálogo, lo que termina por frenar esa agilidad que os comentaba.
El estilo de dibujo además tiene como punto positivo que es muy accesible para todo tipo de público, con lo que podrán disfrutarlo tanto los más viejunos del lugar como gente más joven que tenga curiosidad por conocer el origen de Son Goku y compañía.

ESTA RESEÑA PODÉIS ESCUCHARLA TAMBIÉN EN NUESTRO PODCAST 3×08:

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