La Estación de Nieblas

Manga

Reseña: Frieren

Dejémonos llevar a un mundo de fantasía heroica, adentrándonos en frondosos bosques repletos de criaturas fantásticas y mitológicas, recorriendo los caminos empedrados de grandes ciudades medievales donde todo tipo de razas humanoides se dedican a sus quehaceres en una obra que respira un tono costumbrista muy amable y plácido pero que nos guarda más de una sorpresa. Acompañemos a la aparentemente inocente elfa Frieren en sus andanzas por un mundo en constante cambio.

Portada del primer tomo de la edición española

Póngame un tankobon, por favor.

La edición que nos trae Norma Editorial de la esperada Frieren (recordemos el revuelo que montó cuando fue anunciada su licencia) es el clásico tankobon con sobrecubierta. Poco más llama la atención de este manga a primera vista – lo que me parece un paralelismo interesante cuanto menos con el contenido, ya que alberga más de una sorpresa – salvo por las páginas a color a todo lujo de detalle que nos permite disfrutar de las agradables composiciones de los personajes principales al inicio de algunos de los capítulos de los tomos. Asimismo, contaremos no sólo con estas ilustraciones a modo de colección de portadas, sino que contaremos con alguna que otra página de la propia historia a color. En mi opinión, no es algo que me cause especial interés, pero siempre es de agradecer.

Un slice of life de fantasía. O no.

El mangaka Kanehito Yamada nos presenta una premisa curiosa a primera vista: en lugar de acompañar a un grupo de héroes desde su formación al logro de su épico viaje, la historia se situará al final del mismo, una vez los héroes han derrotado a los poderes maléficos y regresan triunfantes a casa. Sí, lo habéis adivinado, dicho grupo consta de una mezcolanza de humanos, elfos y enanos. ¿Dónde habremos visto esto ya?

No obstante, y haciendo honor a su título, viviremos la historia desde el prisma de Frieren, la elfa hechicera del grupo. El diseño de este personaje, que desborda niveles de ternura e inocencia hasta el punto de parecer uno de esos estereotipos kawaii, colisionará bruscamente con su forma de ser, puesto que, a pesar de su apariencia infantil e inofensiva, es una elfa que cuenta con siglos de vida y experiencia a su espalda.

La elfa Frieren

Hasta este punto estaremos de acuerdo en que tampoco es que haya inventado la rueda. Pero permitidme que os comente por qué Frieren es diferente. Resulta que usando la perspectiva de un personaje inmortal, acompañaremos a la elfa en su visión particular de un mundo que cambia, avanza, decae y resurge mientras que ella se mantiene como una suerte de espectador pasivo, inmune e inmutable al paso de los años. Esta cualidad – o maldición, según se mire – hará que le resulte especialmente complejo establecer verdaderas y profundas relaciones con las personas a su alrededor.

Sin embargo, la muerte del gran héroe – y guerrero de su grupo, con el que compartía unos lazos algo más fuertes – debido a la avanzada edad de este, le hará revivir tiempos antiguos en los que compartieron ratos de camaradería y superaron peligros. Sumado a la insistencia del resto de miembros del viejo grupo de aventureros y a la tutela de una pequeña niña como aprendiz, Frieren volverá a lanzarse al camino, tanto literal como metafórico, ya que iremos viendo que a medida que visita distintas ciudades y asentamientos, sus recuerdos le obligarán a revivir momentos que pensaba olvidados, acercándole un poco más a su lado más humano.

Frieren recuerda a sus compañeros

Pero Frieren no sólo se centra en recuerdos y chácharas con viejas glorias. Debido a su fama como uno de los héroes del grupo que derrotaron al Gran Rey Demonio, viejos odios y poderosos enemigos intentarán darle caza. Y es aquí donde encontraremos las sorpresas que terminarán por hacer que os enganchéis a esta colección, especialmente en el segundo tomo, donde vemos a la elfa en plena acción y esa mirada despreocupada y aspecto inofensivo dará paso a una hechicera experta en las artes místicas y a unas escenas verdaderamente sublimes. Sí, vísceras y sangre.

Cuando parecía que el manga prometía un plácido paseo por el bosque disfrutando del murmullo de las hojas, el chapoteo de los peces en el río y el piar de las aves que surcan los cielos, Yamada se saca este as de la manga y juega una baza de manera sublime ofreciendo un contraste sorprendente. Y luego, como si nada, volvemos a la tranquilidad de manera magistral en un ejercicio sublime de “no lo des todo por sentado, baby”.

Representando un mundo fantástico.

En Frieren, Yamada le cede los lápices a Tsukasa Abe, encargado del dibujo y de plasmar esa sensación de “buenrollismo”, repleto de escenarios naturales con rincones que invitan a montar un picnic siempre que un dragón no haya anidado cerca.

Y es ahí precisamente donde su dibujo brilla en todo su esplendor. Con todo lujo de detalles, veremos como el mundo alrededor de estos personajes cobra vida propia y pararse en cada viñeta a admirar los árboles, ríos y montañas hará que nos sintamos parte de la compañía de aventureros.

Los paisajes naturales serán recurrentes en la obra

No obstante, el diseño de personajes no brilla tanto y se limita a representar los estereotipos clásicos a los que ya estamos tan acostumbrados dentro del género. Es más, podríamos decir que en relación a este aspecto, Abe cumple sin más y no nos ofrece un diseño con sello propio, asemejándose más al estilo plano – pero correcto – de cualquier otro manga del estilo.

Una sorpresa inesperada

En resumidas cuentas, este Frieren llegó como una fuerte promesa pero sin hacer mucho ruido, y no es hasta que te sumerges en sus páginas y en su mundo de fantasía que realmente llegas a entender qué tiene que lo hace tan especial.

Personalmente, hacía tiempo que una licencia nueva no me causaba tal sorpresa y me dejaba tan buen sabor de boca – a parte de Dan Da Dan, eso por descontado. El primer tomo me regaló una premisa interesante y curiosa, y el segundo agitó mis expectativas y me puso “on guard”. Al final, todo se reduce a las sensaciones que nos producen nuestras lecturas, y este Frieren, al menos, logró transmitirme algo.

Aprovechad que aún quedan días de verano, como reza la canción, llevaros vuestro tomo de Frieren cerca del mar o al monte bajo un árbol de hojas frondosas, y disfrutad de una lectura placentera rodeados de los sonidos de la naturaleza.

PODÉIS ESCUCHAR EL PRIMERAS IMPRESIONES DE ESTA SERIE EN:

About Brian

Brian

Estacionero amante de la ciencia ficción y la fantasía, conocido especialmente por recomendar obras que ni si quiera ha leído. Acierta 3 de cada 7 veces.
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