La Estación de Nieblas

Reseña: Oshi no Ko

Manga

Reseña: Oshi no Ko

Oshi no ko de Aka Akasaka, creador de Kaguya Sama y Mengo Yokoyari, es un manga que viene publicándose en Japón desde 2020 y en España nos la trae editorial Ivrea en tomos tankoubon desde febrero de 2022.
El anime se lanzó a mediados de abril de 2023, y ha catapultado todavía más la fama de esta obra centrada en el mundo de las idols.

Para aquellos a los que el término idol no les suene demasiado, comentaré simplemente que en Japón se emplea para referirse principalmente a jovencitas que adquieren cierta celebridad, sobre todo gracias a su apariencia, y que pueden formar parte de prácticamente cualquier medio audiovisual dentro del mundo del entretenimiento: pueden ser cantantes, actrices, modelos, personajes televisivos, o incluso todo ello a la vez.

La vida de una idol es brevísima, comenzando entorno a los 16 años y extendiéndose hasta los 20 máximo. Durante este tiempo libran una dura lucha por mantener su fama y por aumentar su círculo de fans, algo que se hace muy complicado debido a la inmensa competencia existente.

Personalmente todo este mundillo me atrae absolutamente cero a nivel artístico, ya que la mayoría de las producciones en las que está envuelta la idol media suele moverse entre lo muy comercial y lo ridículamente aburrido.
Pero por el contrario, reconozco que todo lo que se mueve tras el producto final que llega al público sí que me llama mucho la atención. La industria de las idols en si tiene un carácter tan puramente japonés y agresivo (sobre todo para las propias idols) que, siempre que puedo, intento curiosear sobre él. Afortunadamente tenemos muchas vías para conocerlo, como por ejemplo documentales (en Netflix tenéis uno llamado Tokyo Idols), películas (os puedo recomendar Kisaragi y por supuesto la más popular Perfect Blue de Satoshi Kon) y mangas como por el que os traigo hoy.

Oshi no Ko, al igual que muchas otras obras, busca en parte mostrarnos el duro mundo de las idols desde dentro, denunciando alguna de las prácticas más difíciles de asimilar del negocio (que recordemos tiene como protagonistas a niñas apenas adolescentes) pero sin ocultar tampoco la parte más brillante de ellas y que es lo que las hace ser objeto de deseo de muchos japoneses.

El manga tiene la particularidad de abrirse con un prólogo bastante extenso que abarca todo el primer volumen y que sirve para dejar la historia en su punto inicial. En el anime por cierto este prólogo se incluyó íntegramente en el primer capítulo, y dura una hora y media.

No voy a destripar completamente lo que sucede en él pero si os contaré lo básico.
El protagonista es Goro Honda, un ginecólogo que trabaja en una zona apartada de Tokyo y que es gran fan de una idol llamada Ai Hoshino, que conoció gracias a una paciente suya que falleció hace algún tiempo. Un buen día, la mismísima Ai Hoshino aparece en su consulta embarazada de gemelos. Obviamente un embarazo para una idol es casi como un sacrilegio de cara a sus fans, con lo que optan por llevar el tema con total discreción manteniéndola fuera de los escenarios durante el tiempo que dura el embarazo, y teniendo contacto básicamente con su representante y con el doctor.

Pero justo el día en que esta Ai va a dar a luz, un extraño se acerca al doctor y lo asesina, yendo su consciencia a parar al cuerpo de uno de los recién nacidos de la idol. De forma que el doctor, con todos sus recuerdos de adulto tendrá que adaptarse a vivir como hijo de la mujer a la que ama y admira. Y no solo eso, si no que su nueva hermana no será otra que el alma reencarnada de su antigua paciente, también fan de Ai Oshino, y que por supuesto también recordará toda su vida anterior.

A partir de aquí, el prólogo irá mostrándonos como estos dos personajes (ahora rebautizados como Aquamarine Hoshino y Ruby Hoshino) irán creciendo hasta llegar a la adolescencia. Momento en el que terminará esta introducción (con algún giro bastante sorprendente más) y dará comienzo el segundo volumen del manga, y la historia real de Oshi no Ko, que tendrá por protagonista a estos dos chicos cuyo objetivo es convertirse en estrellas idols al igual que su madre.

Sobre el prólogo, decir que es realmente entretenido y enganchante. Como os decía tiene muchas sorpresas y condensa en pocas páginas muchos elementos que hacen que uno no pueda despegarse de sus páginas. A nivel de ritmo de lectura, para mi es lo mejor en lo que llevamos de manga.

Eso sí, a partir del segundo volumen tiene que volver a conquistarnos como lectores, ya que el giro de timón que pega el argumento hace que todo se reinicie en cierta medida

Desde este punto lo que veremos será la evolución como idols de estos dos hermanos, cada uno tomando su propio camino, y conociendo con ellos el peculiar funcionamiento de este negocio.

El chico, Aquamarine, se moverá por el mundo de la interpretación, y lo veremos por ejemplo hacer sus primeros pinitos como actor secundario o pasar por un reality de citas donde varios aspirantes a idols conviven día a día.

Mientras que la chica, Ruby, irá presentándose a distintos castings para formar parte de un grupo musical, e incluso se planteará formar el suyo propio desde cero.

Ver estos distintos negocios desde dentro, aunque sea de forma muy ligera, es lo que más me ha gustado de Oshi no Ko. Veremos cómo funcionan las distintas productoras: desde aquellas que buscan crear un dorama, las que buscan montar una obra de teatro basada en un manga shojo de moda o las que quieren dar forma a un nuevo reality.

Es curioso como el manga deja clarísimo que parte fundamental en el día a día de estos idols es hacer de su vida una mentira. Por ejemplo, en el reality que os comentaba, no dejan de empujar a que los participantes se acerquen cada vez más o que en los capítulos clave se lancen a besarse o a hacer algo que haga que la audiencia quede satisfecha.

Igualmente sucede a la hora de cantar, tratar con los fans o en las redes sociales. Donde siempre se les pide que estén interpretando ese rol de estrella casta, pura y casi perfecta.

Esto al final acaba teniendo repercusión en su vida “real”, llevándolos en ocasiones a no saber muy bien en qué punto termina su papel como idol y en que punto empieza su yo real.


Decir también que este elemento de las redes sociales que acabo de mencionar es clave en el manga, ya que en muchas ocasiones veremos cómo los propios fans a través de Twitter, Instagram y demás, acaban dilapidando sin ningún tipo de compasión la carrera de cualquiera de estos idols por los motivos más absurdos y triviales que podáis imaginar. Con consecuencias muy jodidas en ocasiones.

En general trata de mostrar todos estos elementos tan crueles de este negocio sin cortarse demasiado, pero SIEMPRE pasado por el filtro de drama adolescente a medio camino entre el shonen y el shojo.

Esto implica que Oshi no Ko va a estar regada de los clásicos enamoramientos de instituto, romances, un humor muy ligero, personajes muy manidos, etc… Algo que a mí personalmente es lo que menos me ha gustado de la serie.

De todos modos tengo que romper una lanza en favor de sus creadores y admitir que este tono es algo que le sienta bastante bien teniendo en cuenta que los protagonistas no dejan de ser adolescentes y del tipo de público al que va dirigida la obra. Eso sí, a nivel personal, creo que esto se convierte en un limitante que la deja muy lejos de, por ejemplo, esa Perfect Blue que ya he mencionado antes y que en mi opinión muestra una forma mucho más madura de tratar este tema de las idols.

Pero en definitiva, lo que aquí más se quiere recalcar es lo mismo que en muchas otras películas y series sobre el tema: que el mundo de las idols es uno en el que se exprime al artista hasta casi dejarlo sin aliento, en el que se reduce su vida privada al mínimo, prácticamente prohibiéndole tener parejas y en el que para colmo a la inmensa mayoría se les paga realmente mal. Una especie de fábrica de muñecas que pasa de publicitarlas como el mejor de los productos a tirarlas por el retrete cuando ya no aportan beneficios, sustituyéndolas por la siguiente que toque dentro de la cadena de producción.

En cuanto al dibujo de Oshi no Ko, decir que no me ha convencido lo más mínimo. En general es de trazo muy genérico y bastante básico, con un diseño de personajes muy poco original que llega a ser hasta aburrido, y escasos recursos a nivel narrativo con los que sorprender al lector. Los capítulos suelen ser una larga sucesión de planos cortos de los personajes que, de no ser porque la trama mantiene un buen nivel de interés, a mi me habría hecho abandonar la lectura a las primeras de cambio.

Al final cumple por la mínima con lo necesario para seguir con la historia, pero no aporta absolutamente ningún plus a la lectura.

Ruby Hoshino en su versión manga y anime

Termino ya la reseña recomendando este manga sobre todo a gente joven que disfrute de esas lecturas más ligeras, y que tengan ganas de dar un pasito más dentro del género. Para ellos seguramente esta obra sea toda una revolución porque verán tratados temas poco habituales y además con una perspectiva un poco más adulta de lo acostumbrado. Pero para los lectores más experimentados o adultos, no dejará de ser en esencia un drama shonen del montón.
También queda recomendada para todos aquellos que quieran adentrarse en el mundillo de las idols y ver cómo funcionan algunas producciones audiovisuales japonesas, sin entrar en demasiados detalles, pero tocando un montón de ellas muy diferentes entre si.

Para los que no tengan curiosidad por nada de esto, no creo que sea una obra muy atractiva, más aún cuando en los últimos tomos ya empieza a pesarle un poco la duración y la historia comienza a resentirse y a sentirse algo repetitiva.

Podéis escuchar la reseña de Oshi no Ko en nuestro podcast aquí: Reseña Oshi no Ko

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